miércoles, 17 de febrero de 2010

ENCUENTRO DE DANIEL MORENO CON UN DESCONOCIDO EN EL BAR “EL ATLAS” 

Desconocido: Está tranquilo hoy el barrio…

Daniel: No es tranquilidad, es desesperanza.

Desconocido: No digas eso hombre, mira ese culo que pasa por la acera de enfrente, no te da alegría de vivir.

Daniel: Ya tengo bastante con ocuparme del mío.

Desconocido: ¿No andan bien los negocios? Y eso que dicen que para los albañiles nunca falta una obra a la que arrimarse.

Daniel: Pregúntaselo a algún albañil.

Desconocido: No hay vergüenza en ser albañil, mira yo vengo a pedir trabajo al taller de aquí al lado.

Daniel: ¿Al taller de Dimitri? Buena suerte…

Desconocido: A no ser que tengas algo que proponerme, se hacer de todo, y ya me ves, 98 kilos de puro músculo.

Daniel: Pues mira sí tengo algo para ti, sube esta calle hasta la rue de Paris, y justo enfrente verás la boca de metro, Robespierre, línea 9, la coges hasta el final y a lo mejor del otro lado de París encontrarás algo.

Desconocido: Ya veo… eh, camarero, puedes bajar un poco la tele, no soporto a esa gentuza pidiendo dinero para las víctimas de Haití. Hay que movilizarse dicen, como nosotros, sí pero ellos se van a cantar unas canciones a la tele con cuatro amigas y nosotros tenemos que poner los donativos. ¿Y por qué no hacemos al revés? Yo me sobo a las buenorras para que sepan lo que es un hombre, y las mariconas ponen la pasta que para eso tienen. ¿Eh? ¿Qué me dices?

Daniel: Rachid, dime que te debo por favor.

Desconocido: No, hombre espera un poco, déjame que te invite a una cerveza.

Daniel: Quédate con la vuelta. No, gracias, hace mucho que dejé de compartir copas con cualquiera.

Desconocido: ¿Desde que saliste de la cárcel?

Daniel: … ¿La cárcel? ¿Qué es lo que buscas? ¿Pelea? Pues aquí no la vas a encontrar.

Desconocido: Maison d’arret de Montargis, 2 años, ¿ya lo has olvidado? No me extraña, no se puede decir que en las duchas fueras el más arisco. Yo también lo habría olvidado en tu lugar.

Rachid: Escucha amigo, paga tu cerveza y vete a buscar trabajo.

Daniel: Déjale Rachid, parece que tiene algo que decir. Dime, a ti quién te envía.

Desconocido: A lo mejor la policía.

Daniel: Ja, ja, la policía tiene el listón bajo pero jamás aceptarían a un necio de tu especie. Qué eres, ¿un chivato? ¿Te dan una caja de esteroides cada vez que les llevas una información? Dime quién te envía.

Desconocido: Tú sabrás con quién tienes asuntos pendientes.

Daniel: Mis asuntos como tú dices, están todos bien pagados. La persona que te manda meter el hocico no puede reclamarme nada.

Desconocido: Entonces por qué te pones tan nervioso. Cálmate amigo, yo sólo busco trabajo, y me han dicho que los que dan trabajo desde que murió Pascal Montoro sois tú y tus amigos inmigrantes. ¿Cómo os llaman? Ah sí, Abdulraman. ¿Qué pasa, no dais trabajo a los franceses?

Rachid: Ya te han dicho que aquí somos gente de paz, pero si tenemos que echarte a patadas tus 98 kilos van a rodar cuesta abajo. En Montreuil no hay trabajo para ti, ni en el taller, ni en la obra, ni en ninguna parte así que ya vas pagando y saliendo por la puerta.

Desconocido: Dime Rachid, ¿tienes todos los papeles de tu antro en regla?

Daniel: Déjamelo Rachid, es conmigo con quién quiere hablar. Si buscaras trabajo no llevarías el reloj que llevas. No me hagas perder el tiempo, di ya lo que has venido a decir y deja esos aires de gánster para quién le de miedo.

Desconocido: Tú eres muy listo. ¿Por eso te han nombrado cabecilla?

Daniel: Di lo que tengas que decir.

Desconocido: Está bien, te lo diré. ¿Estás contento?

Daniel: Habla.

Desconocido: Pues resulta que no todo el mundo se cree que tú y tus amigos no tengáis nada que ver con la muerte de Pascal Montoro.

Daniel: Muy bien, la gente puede creer lo que le venga en gana.

Desconocido: Y puede que esa gente tenga los medios suficientes para aportar ciertas pruebas a la policía. Como por ejemplo los antecedentes penales de las personas que se han beneficiado de la muerte de Montoro.

Daniel: Gente poderosa sin duda. ¿Empresarios?

Desconocido: Quién sabe, quizá empresarios, quizá periodistas, quizá otra cosa.

Daniel: ¿Y qué es lo que mueve a esa gente poderosa? Dinero no debe ser.

Desconocido: Sólo los poderosos saben lo que les pasa por la cabeza, y al fin y al cabo, a quién le importan los motivos, lo importante es que la justicia triunfe.

Daniel: ¿La justicia? Dime una cosa ¿has venido a advertirme o a amenazarme?

Desconocido: A tenerte informado.

Daniel: ¿Y qué esperas de mi? ¿Que salga corriendo a avisar al asesino para seguirme? ¿Que me ponga a sudar y te confiese por qué he estado en la cárcel? Escúchame lo que te digo, ¿antecedentes? No sé de qué me hablas ¿asesinato? No sé cuantas rayas te has metido esta mañana. Si un pez gordo te ha contratado muy desesperado tiene que estar. Eso es todo, ¿he hablado demasiado rápido para tu cerebro de gorila o está todo claro?

Desconocido: Así que no sabes de qué te hablo. Yo no estoy tan seguro pero bueno, si tú lo dices debe ser verdad. Rachid, toma cóbrate, no quiero molestar más. Y al fin y al cabo las personas cambian, a veces la cárcel ayuda a reformarse.

Daniel: Eso es, aquí todos estamos reformados, desde que no trabajamos para la basura para la que tu trabajas. Vete a explicar a tu amo que no volveremos a ser esclavos de nadie.

Desconocido: Tomo nota, no volveréis a ser esclavos… Pues nada, suerte, la cárcel no está hecha para los hombres libres. Hasta pronto.

Daniel (entre dientes): Imbécil, la vida tiene muros más altos que los de cualquier cárcel.

1 comentario:

  1. Très bien la photo mon Santi. Si tu le veux bien j'attendrai que nous ayons suffisamment avancé la traduction pour en apprécier le contenu...
    Continue! Si je ne suis pas ton premier 'supporter', je suis le deuxième!
    Besitos,
    Silvère*

    ResponderEliminar

¿Tienes algo que decir?