jueves, 21 de enero de 2010

NOTAS DEL COMISARIO VERMERIE

     Por fin han llegado los resultados del laboratorio. Conclusión: el veneno estaba compuesto por una substancia de origen vegetal llamada técnicamente M21. Su origen, y esto es lo más interesante del informe, es chino. En concreto, la planta de la que se obtiene dicha substancia, es endémica del noreste del país, no lejos de la frontera con Corea. Después de consultar a Natalie, de archivos, cuya madre es china, parece ser que esta región está bastante industrializada, salvo una zona montañosa en la que todavía sobreviven numerosos campesinos que viven aislados del resto del país.
     La substancia es rara y difícil de procurarse, y aunque el informe del laboratorio no descarta que la planta se pueda cultivar en nuestras latitudes, sí es casi seguro que el M21 no se puede conseguir en ningún mercado negro de Francia. Esta información parece confirmarla el inspector Lemont que lleva todo el día pateándose el barrio chino en busca de algo parecido a la substancia (no olvidar mandarle a preguntar en todos los supermercados chinos de Montreuil para tenerle ocupado y así poder trabajar tranquilo).
     Aunque no es gran cosa y llega muy tarde, por lo menos ya tengo un indicio material sobre el que apoyarme (sin huellas ni ADN en la escena del crimen era difícil avanzar por ese lado).
     He comparado los dosieres de los sospechosos con los resultados del laboratorio y dos vías se me aparecen para continuar la investigación.
     La primera sigue siendo la de Olivier Mercier. No le pensaba encontrar tan rápido una relación con el M21, pero en su curriculum consta que ha sido consejero ejecutivo de varias empresas que fabrican o importan de China y después de verificar con sus antiguos superiores he comprobado que eran frecuentes los viajes de negocios de Mercier al sudeste asiático. Sus jefes me lo han descrito incluso como un experto en conseguir acuerdos ventajosos con empresas tailandesas y chinas. Habla el mandarín con fluidez y entiende unos cuantos dialectos. El noroeste de la China era un destino habitual de sus viajes, sobre todo los dos últimos años que trabajó en la industria de la moda. He vuelto a preguntar a Natalie, de archivos, y la industria predominante en esa zona es la textil.
     Por otro lado, ya se ha descubierto el pastel de la herencia de Montoro, y menudo pastel. Mercier comparte con Elodie Montoro la propiedad de los dos tercios de las empresas de la víctima, y además se ha adjudicado el puesto de director general. De ahí a pensar que se ha quedado también con Elodie hay sólo un paso, pero pienso que hay que descartar esa posibilidad. Las dos veces que me he entrevistado con ella me ha dado la impresión que tenía las ideas muy claras y Mercier no parece entrar en sus planes sentimentales. Y con respecto a las empresas que le quedan en herencia tiene una actitud de obligación más que de aprovechamiento. O es muy buena actriz o no creo que esté implicada en el asesinato. Y en su posición, a quién mejor que Olivier Mercier podría recurrir para dirigir los negocios de su marido, es hombre con experiencia y amigo íntimo de la familia. Y además le ha prestado el dinero para comprar las empresas de su hijastro Marc.
     Olivier Mercier continúa siendo el sospechoso número uno.
     En lo concerniente a los empleados de Abd al-Rahman he ignorado por completo las sugerencias del inspector Lemont y de otras personas que se definen como próximas a mí y voy a continuar a investigarles, en especial al sujeto llamado Miaole Lin, obviamente por ser de origen chino. Sigo pensando sin embargo que una obra de unos cuantos miles de euros me parece poca razón para asesinar a un hombre, pero al mismo tiempo los anales están repletos de asesinatos cometidos por muchísimo menos que eso.
     En cualquier caso voy a dar las órdenes para interrogarlos a los dos, Mercier y Lin, y esta vez en comisaría. Con Lin no habrá problema, pero con Mercier tendré que convencer al juez de la conveniencia de su testimonio sino quiero pasarme los próximos diez años defendiéndome de las demandas de sus abogados.
     Una última cosa, la familia de Montoro, por iniciativa de Elodie, ha contratado un detective para realizar una investigación privada sobre el asesinato. Por el momento no tengo ninguna información sobre el individuo que han elegido pero está claro que no intentan ocultar su contratación. Veremos cómo se desenvuelve pero hay que impedir por todos los medios que manipule pruebas o presione a los testigos.
     Según avanza la investigación, lo único seguro que sabemos del asesino es que es un auténtico profesional, además de la ausencia casi total de pruebas materiales, no tenemos nada que nos permita comparar su perfil con otros criminales de la base de datos. Una vez más me decanto por un asesinato por encargo de Olivier Mercier que por una acción desesperada de algún empleado de Abd al-Rahman, que hubiera dejado, indudablemente, una pista a la que poder agarrarme.
     Me da igual lo poderoso que pueda ser Mercier, si tiene algo que ver con el asesinato de Montoro, y en mi opinión lo tiene, conseguiré que sea juzgado por un tribunal.

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