viernes, 25 de septiembre de 2009

ELOGIO FUNEBRE DE OLIVIER MERCIER A PASCAL MONTORO

Estimados amigos, aquí nos encontramos en esta mañana de marzo reunidos para llorar la desaparición del más valiente de todos nosotros. Del más generoso y seguramente del más trabajador. Todas esas cualidades que le llevaron de una vida humilde y con dificultades a estar al frente, treinta años después, de una de las más prósperas empresas de construcción de Francia.
Ese era el Pascal Montoro que nos han arrebatado. Un hombre íntegro que en su vida sólo pensó en crear riqueza con un solo objetivo, repartirla entre las personas que tenía alrededor. Y según su éxito social iba creciendo, un mayor número de personas se beneficiaban de su ascensión. Hoy sobrepasan los quinientos los empleos fijos que se mantienen gracias a las empresas de Pascal, pero cuántos miles más han trabajado para él desde que en el 75 abriera su primera empresa. Tantos que han podido alimentar a sus familias.
     En estos tiempos en los que ser un empresario de éxito está mal visto, yo reivindico, poniendo como ejemplo a Pascal Montoro, que son los hombres con su iniciativa y su temple los que hacen avanzar una sociedad, los que tiran del carro de muchos hogares que confían en él para tener un futuro mejor. Toda esa gente que Pascal conocía tan bien porque eran como él. O mejor dicho, él era uno de los suyos. Un hijo del pueblo.
     Nuestro amigo que aquí yace delante de nosotros fue un ejemplo para sus conciudadanos en más de un aspecto. Un hombre apegado a su tierra. En ninguna ocasión, y han sido muy numerosas desde que nos unió la amistad, le he visto intentar esconder su origen humilde. Montreuil era para él un sitio tan digno como cualquier otro, y su mayor orgullo siempre fue haber ayudado a la gente de su pueblo, como decía él.
Todos esos que le criticaron por exhibir su éxito, por compartir mesa y compañía con otros miembros preeminentes de nuestra sociedad, poco lo conocían si creían que había dejado de lado el apego a sus obreros. Y a aquellos que se acercaban a preguntarle por el secreto de su riqueza les decía, secreto no hay sólo la voluntad de hacer algo digno.
     A ese del que os hablo con gran pena de mi corazón, nos lo han arrebatado injustamente, nos han privado de su consejo y su presencia, pero nadie conseguirá borrar el recuerdo del que para todos de los aquí presentes, y muchos ahí fuera, fue un guía único para enfrentarse a la vida. Y por todas esas cosas que nos aportó Pascal cuidaremos de su familia como si fuera la nuestra. Elodie, no te quedas sola, sabes que siempre podrás contar con nosotros. Y vosotros, Marc y Jean François, no olvidéis nunca el ejemplo que ofreció vuestro padre a sus semejantes, ni lo orgulloso que estaba de vosotros.
Este es mi mensaje para aquellos a quienes el sentido común les impide ver la fuerza de la influencia de Pascal Montoro: No le olvidaremos.
     Querido Pascal, espero que Dios te permita en el cielo el descanso que con tanto ahínco te has ganado en la tierra.
     Vela por nosotros Pascal.



PALABRAS DE OLIVIER MERCIER A LA SALIDA DEL FUNERAL

¿Te imaginas a alguno de sus hijos tomar la dirección del grupo?¿No has visto la cara que tienen?

1 comentario:

  1. Olivier Mercier, golfista y católico. Se perfila como malo, malo, malo.

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